miércoles, 22 de julio de 2009

Piromanía

Piromanía.

El fuego, como las emociones:
indomable, repentino y peligroso;
cuida y lastima;
advierte y elimina,
elimina lentamente.

Entre pilas de telas púrpuras y ropas inútiles,
muebles, sueños quebrados y obsesiones destructivas;
veo el fuego arrasando con todo,
sube y baja una marea ardiente,
se deshace en si mismo,
sus olas rompen en chispas incandescentes,
todo se lo lleva,
iluminado y absorto en su manto rojo.

Fuego arcaico, dios de los mundos,
no escaparé y no esperaré a que me abrases,
sube las escaleras, alcanza las barandas que ya no serán nada,
se desharán veintiún velas de acero azul,
se diluirán acosadas por un fuego magnifico,
Piccole donne, Escarabajo de oro... ¡Adiós!
Adiós paredes,
resistentes al peso de mi cuerpo y vulnerables a lo impalpable.

El humo sube, el fuego se consume;
el agua entiende que ha salvado solo escombros;
el humo sube;
y el agua baja, baja y fluye equívoca entre cenizas,
el humo sigue subiendo y en algún momento desaparece.
Junto a los vestigios del agua, el fuego y las emociones,
¡humo desaparece!


-Milengua Sucia.

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