martes, 14 de julio de 2009

Charlas con la humanidad, volumen 1

Charlas con la humanidad, volumen 1
Tienen cera en los oídos…

No me acuerdo si fue hoy, ayer, el otro día o hace dos años. Porque vivo colgada de la rama de un árbol de aceitunas. Tan colgada vivo que ni siquiera se como son los árboles de aceitunas, ni como se llaman , creo que se llamaban “olivares”. Como si importara tanto el nombre de las cosas, no? Son nombres y listo. Un árbol es un árbol y listo. Y ni siquiera es un árbol, porque árbol es solo el nombre que le damos. Un árbol es lo que es y ya está. Para que hablábamos tanto y pensamos tanto si al final no es nada, solo palabras. Palabras que te atan y no te sueltan hasta que te morís. Palabras que te condenan. Que si decís tal cosa, sos tal cosa. Y si no decís nada, sos tal otra.

Y para que vivir si ya nacemos muertos. Yo estoy muerta por ejemplo y con ese tipo de afirmación traspaso las barreras del tiempo. Algún día va a ser verdad. Es que yo soy una pionera de las verdades.
Y si no les cabe, mastúrbense, putos.

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